domingo, 10 de febrero de 2008

GIPRI Informacion general

GIPRI es una organización de carácter científico internacional, ocupada en el estudio del arte rupestre. Su trabajo en Colombia se inicio en 1970 en los alrededores de la sabana de Bogotá.
En los últimos años los trabajos se han ampliado a otras regiones de la geografía Nacional.
Desde 1999 abrió para el servicio internacional el servidor de discusión
http://tech.groups.yahoo.com/group/arte_y_rupestre/

Actualmente se realizan diversos trabajos, algunos de los cuales pueden ser observados en su pagina oficial de web
www.gipri. org

Fragmento no 1 del libro Patrimonio Rupestre Historia y hallazgos
Guillermo Muñoz dic 2006

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ÍNTRODUCCION

El trabajo que aquí presenta el grupo de investigación de arte rupestre indígena GIPRI es el resultado de más de diez años de investigación en la provincia de Tequendama y no menos de cinco en el municipio de El Colegio. Después de haber realizado diversas actividades de búsqueda y documentación de arte rupestre en los municipios de los alrededores de la sabana de Bogotá (1970-90), y de ir lentamente organizando diversos criterios y sistemas de registro y estudio de estas manifestaciones, el grupo decidió iniciar los procesos de prospección de las áreas cercanas, circunvecinas a las zonas conocidas de pinturas. Poco a poco, fue realizando exploraciones diversas para buscar, fundamentalmente, la continuidad o discontinuidad de pictografías y la presencia de grabados, muy poco estudiados hasta la fecha. Ya se habían ubicado algunos petroglifos en los municipios de Bojacá, Sibaté, Guasca, San Antonio de Tequendama, Choachí en Cundinamarca y en Ramiriquí, Tibaná, y Villa de Leiva en Boyacá, zonas que eran imaginadas tradicionalmente como espacios de las comunidades Muiscas. También se habían encontrado algunos sitios de pinturas en las zonas de “tierra caliente” donde según Triana (1922) deberían ubicarse únicamente grabados. Este panorama de investigación abría muchos temas y aspectos en relación a las versiones tradicionales de comienzos del siglo XX.


En el año de 1995 un grupo de estudiantes de la Universidad Distrital, alumnos de la cátedra de arte rupestre, viajaron al municipio de El Colegio dentro del plan nacional de investigaciones en arte rupestre y establecieron contacto con las autoridades municipales de la época para presentar una propuesta a la Alcaldía, en el sentido de realizar allí algunos trabajos de investigación, que ampliaran los conocimientos sobre arte rupestre en la zona. Existían ya algunos denuncios y registros de petroglifos en este municipio (Triana Miguel, 1922; Cabrera Ortiz, 1947;
Javier Rodríguez, 1987; Rafael Urbina - Herminda Duarte, 1990) con un número de aproximadamente 30 rocas, algunas de las cuales tenían ya los primeros registros. La propuesta fue inmediatamente acogida por la Doctora Arlene Aparicio Sánchez (Alcaldesa), quien después de un acuerdo de trabajo, determinó la iniciación de las actividades de búsqueda y registro en febrero de 1996. Todos los miembros de la administración respaldaron las actividades propuestas de trabajo en las distintas veredas y pusieron a la disposición del grupo de investigación una infraestructura especial para que se realizaran con la mejor calidad gráfica y fotográfica la búsqueda y registro de las rocas con petroglifos. Con estos antecedentes se inició el trabajo de investigación que tenía como objeto recuperar todos los sitios con grabados del territorio.

La primera etapa de trabajo 1996-2000 tuvo como objetivo la documentación sistemática de las diversas veredas, lo cual significaba la planeación de los distintos tiempos dedicados a revisar en detalle todas y cada una de las zonas. Con las primeras exploraciones se pudo constatar en cada una de las salidas, (Subia y Pitala, por ejemplo) que en cualquier sitio donde se explorara, era posible encontrar un número desmesurado de rocas y que en ellas se observaban decenas de motivos rupestres. El número impresionante de sitios, la cantidad de rocas y el conjunto sorprendente de temas que se abrían con el registro de los petroglifos permitió cambiar definitivamente la antigua noción sobre los pobladores del lugar. Se trataba de un conjunto descomunal de motivos rupestres que requerían para su estudio una organización, un modelo metodológico de registro para un volumen no imaginado de datos, gráficas y trabajo fotográfico. La presencia insospechada de yacimientos rupestres generaron inmediatamente inquietudes en relación al número de habitantes que realizaron estos documentos o quizás la idea sobre la permanencia de estos grupos en amplios períodos de tiempo, o tal vez de diversos grupos en la zona, que eventualmente, conservaron la tradición de grabar sus temas culturales en las rocas. Lo que resultaba más significativo era el contraste entre la historia oficial de la zona y el conjunto de hallazgos, que permanentemente daban nuevas ideas sobre el poblamiento y el tipo de vida de estos grupos precolombinos. En esta etapa se mejoraron las labores de registro y se reestructuraron los formatos de descripción en detalle de los motivos rupestres (fichas de motivos y conservación, ficha de zona, ficha de talleres de herramientas). Además de la ubicación en cartografías convencionales de las más de 1800 rocas, en la administración de la Alcaldía del Doctor Hernando López, se registraron y documentaron un número importante de talleres de artefactos, y sitios donde posiblemente se maceraban alimentos. La diversidad temática, la complejidad de los trazos, la reiteración de ciertas formas, la composición y presencia de miles de cúpulas, además de la ubicación de sitios donde se construían instrumentos líticos pulidos, se sumaba ahora al conjunto variado de motivos que cada roca contenía y al número impresionante de rocas que se encontraban en cada una de las actividades de búsqueda y registro. Con el mismo espíritu de cooperación que en la administración de la Doctora Arlene Aparicio, el intelectual Hernando López, defendió para esta segunda etapa el proceso de trabajo, aun frente a algunas presiones externas de Bogotá, interesadas en impedir su continuidad.



Fragmento libro.............................

Fragmento no 1 del libro Patrimonio Rupestre Historia y hallazgos
Guillermo Muñoz dic 2006

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